miércoles, 17 de junio de 2015

Grullas y justicia



La grulla es un animal cargado de significados en la cultura japonesa. Los hay que asocian su danza a la alegría y la celebración de la vida, o la convierten, debido a sus largas migraciones sin escalas, en un símbolo de búsqueda espiritual. La primera vez que vine a Paraguay traía conmigo dos pequeñas grullas de origami que me regaló un amigo. Me dijo que cuidarían de mí hasta que viese la ocasión de desprenderme de ellas: debía regalar una a alguien que me hubiese acompañado en mi caminar y dejar la otra en un lugar al que quisiera volver. Unos meses antes de llegar a Paraguay por segunda vez en mi vida, una persona muy especial me invitó a este “espectáculo doméstico de alto contenido poético”, una experiencia capaz de ahorrarte horas de diván para canalizar emociones, como si una bandada de grullas alzara el vuelo con tus deseos, abandonándote a una extraña sensación de ingravidez…

Un poco ajena a las noticias he ido dando mis primeros paseos por Asunción, recorriendo las mismas calles y reconociendo, muchas veces, los mismos socavones y hasta las mismas caras. En la esquina de mi antigua casa, junto a la tienda de café ‘El Chirigüelo’, sigue apostada la pareja de lavacoches: las dos nenas ya juegan juntas y su mamá luce ahora el pelo corto. Me alegra reconocer los graffitis o los murales con motivos indígenas que me servían de guía en la cuadrícula perfecta que es el centro de la ciudad; me despisto ante el derrumbe de algunos edificios cuyas lustrosas fachadas aún recordaba; me sorprendo ante la apertura de nuevos locales que, sin cambiar a grandes rasgos el ambiente, marcan esa lenta tendencia por recuperar un casco histórico abandonado. Ahora vivo unas cuantas cuadras más al sur, en un pasaje en el que por las mañanas compiten la sintonía de las emisoras locales de una imprenta que no duerme, las polkas paraguayas de algún vecino y las sinfonías que nos regala una carpintería metálica. Ya está llegando el viento sur que anuncia el invierno y, por las noches, los sorbos al mate se acompasan con las peleas territoriales de los gatos.

Los tres años que median entre una y otra llegada parecen estar conectados por el mismo trágico suceso, como si el tiempo, de alguna forma, se hubiera detenido en el país. Si aquel junio estuvo marcado por el golpe parlamentario al presidente Lugo, este lo está por el inicio del juicio oral contra campesinos y campesinas acusados de la masacre que sirvió de pretexto para deponer al presidente y, de paso, “construir un nuevo rumbo”, tal y como reza el eslogan del gobierno colorado de Horacio Cartes. Las irregularidades en la instrucción del proceso –que ha llevado al abogado defensor a calificar a la Fiscalía de “organización criminal institucionalizada”- han impulsado una campaña desde la sociedad civil para tratar de garantizar una mínima transparencia e imparcialidad en el desarrollo del juicio. A una semana del inicio, previsto para el 22 de junio, las autoridades han anunciado ayer mismo un retraso de un mes, debido a que todas las salas de los tribunales están ocupadas.

En este rincón del mundo, los pa'í suelen estar al frente de las luchas campesinas y recuerdan a menudo las palabras del Papa Francisco, “prefiero una Iglesia herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad”, que estará en Paraguay entre el 10 y el 12 de julio próximos. Esta visita y la Copa América –en la que la selección paraguaya debutó con un empate que supo a victoria tras remontarle un 0-2 en contra nada menos que a Argentina- son las grandes noticias del momento. Hay figuras a tamaño real del Sumo Pontífice junto a las cuales la gente se fotografía. Quizá el caso Curuguaty no haya sido lo que parece; quizá la instrucción del sumario no haya sido tan desastrosa; quizá no haya salas libres para que se celebre el juicio en la fecha prevista; quizá no tenga que ver el cambio de fecha con la visita del Papa y la presencia en el país de prensa internacional. Pero quizá, solo quizá, haga falta darle algo de visibilidad para tener unas mínimas garantías de justicia.



7 comentarios:

  1. Mucha suerte en tu andadura, Esther, sigue manteniéndonos informados de lo que allí ocurra.

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  2. Me siento un poco allí, contigo, que nos sigas contado cosas, y un café. Un abrazo muy fuerte.

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  3. Desde Madrid te mandamos un fuerte abrazo! Gracias por acercarnos un poquito a Paraguay!

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  4. Un gusto saber de ti y lo que tus ojos y sentidos ven..

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  5. Siempre es un gustazo leerte! Gracias por compartir tus sensaciones, emociones y vivencias, así te sentimos un poco más cerca. Un abrazo grande, grande.

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  6. Un enorme placer leerte y sentirte cerca a pesar de la distancia. Es lo que ocurre con alguien a quien quieres y admiras... por tu calidad humana y también por tus "saberes".
    Un abrazo grandeeeeeeeeeeeeeeeeee

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  7. Esther, gracias por seguir el blog.
    Ya enviamos al papa a seguir la ruta.
    Si llega Dios mismo a Quito no se hubiera montado más revuelo.
    Abrazos y hasta pronto, disfrútalo.

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