Paraguay tiene
una superficie de 406.752 Km2. Esto según los datos sobre el terreno,
porque la información catastral dice que el país cuenta con 520.000 Km2
en títulos de propiedad. Es una diferencia abultada... (para hacerse una idea,
como si a España le recortáramos, más o menos, la superficie que suman Castilla
y León, Asturias y Cantabria juntas). Durante la dictadura de Stroessner (1954-1989)
hubo un importante reparto de tierras entre las clases dirigentes
(militares, políticos, altos funcionarios...) que, con el paso del tiempo, se
han ido parcelando y revendiendo. Se trataría de procedimientos nulos, a
sabiendas de que los perceptores de esas tierras no eran sujetos de la Reforma
Agraria. El Estatuto Agrario excluye expresamente como tales a quienes posean
más de 100 hectáreas de tierras rurales, a los funcionarios públicos y, según
la 'ley de frontera', a los nacionales de Argentina, Brasil y Bolivia en la
franja de 50 Km a partir de los límites territoriales del Paraguay. Si el
estado tenía que facilitar el acceso de la población campesina a la propiedad
de la tierra, la realidad es que el Instituto de Bienestar Rural (IBR)
-organismo responsable de dicha tarea durante la dictadura- actuó más bien a
modo de 'agencia inmobiliaria' discrecional, dando como resultado el quilombo actual: títulos de propiedad
múltiples sobre un mismo territorio. Es lo que acá se conoce como 'tierras malhabidas'.
El Instituto
Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), heredero en democracia
del antiguo IBR, presenta a Fernando Lugo en septiembre de 2008 -apenas un mes
después de tomar posesión como presidente- un informe
sobre las tierras malhabidas, donde
se detallan los nombres y apellidos de los propietarios, la superficie que poseen,
en qué departamento y hasta el número de finca y título de propiedad. De las
más de 12 millones de hectáreas que el estado paraguayo ha venido adjudicando
desde 1954, casi 8 millones lo han hecho saltándose la legislación sobre
tierras agrarias. Paraguay no sólo no ha hecho efectiva reforma agraria
ninguna, sino que el proceso de concentración de la tierra y la pobreza rural
no han hecho más que aumentar a lo largo de medio siglo. En palabras del
sociólogo Domingo Rivarola, Paraguay alcanza en los años 70 "el punto de
inflexión en el ocaso de la sociedad rural".
Durante esa
década se dirimía la ocupación y expansión de los espacios fronterizos entre
Brasil y los países vecinos. Al incentivo de sus políticas nacionales de
migración y colonización se sumó, en el caso de Paraguay, la casi ausencia de
estado y la complicidad de la dictadura para favorecer el asentamiento de
población brasileña de ascendencia europea. Son los llamados 'brasiguayos'.
Considerándose auténticos pioneros, reproducen ese discurso típicamente colonialista
según el cual ellos trajeron el progreso a zonas que antes sólo eran bosque.
Esta expansión también se apoya en la imagen del brasilero 'trabajador' frente
al 'haragán' paraguayo, fruto del choque entre dos
culturas productivas distintas, la de la moral capitalista del trabajo y la
de una agricultura campesina comunitaria -cuyo origen habría que buscar en las
comunidades indígenas-, choque en el que está claro quien ha salido ganando. Dice John Berger en su delicioso libro 'Puerca Tierra' que, aunque por razones políticas lo
llamemos 'modernización', la revolución verde ha planificado la desaparición
del campesinado a lo largo y ancho del globo.
Tranquilo
Favero es el principal productor de soja de Paraguay. Se estima que posee cerca
de dos millones de hectáreas, lo que le convierte en el mayor propietario de
tierras y, seguramente, en el hombre más poderoso del país. Es brasileño. A la
muerte de su padre -un funcionario de la Embajada de Italia en tiempos de la
dictadura-, Daniele Incalcaterra hereda 5.000 hectáreas en El
Chaco. Este vasto territorio que se extiende al oeste del río Paraguay
representa el 61% de la superficie del país y alberga sólo a un 3% de su
población. Los diferentes gobiernos, desde Rodríguez de Francia, pasando por
'los López' y hasta la dictadura, han incentivado -sin demasiado éxito- el
asentamiento de colonias. Es el territorio ancestral de diferentes comunidades
indígenas, entre ellas, la Guaraní Ñandeva. Un villano, un héroe y una noble
causa, los ingredientes para un relato épico en el último territorio de
frontera del Paraguay. Esta es la trama de 'El Impenetrable', un documental dónde
su protagonista y director narra la peripecia personal de un sueño ingenuo: devolverle la tierra
a su pueblo originario.
Si desde hace
tres décadas se viene dando la sojarización
del territorio oriental, ahora la vista se tiene puesta en las riquezas que
alberga 'el impenetrable', el nombre que dan sus pobladores al inhóspito y
hostil Chaco. Este carácter, amén de unos suelos salinos que lo hacen
impracticable para la agricultura, lo han mantenido alejado de la mirada
ambiciosa del desarrollismo. Hasta que modernas técnicas han hecho posible la
detección de bolsas de hidrocarburos, por una parte, y se haya empezado a
valorar, por otra, su uso como complemento
perfecto del agronegocio: la ganadería. El héroe de nuestra película tiene
que enfrentarse al largo y costoso proceso que supone, pese a su legalidad, el
reconocimiento de la propiedad de sus tierras. La 'mensura judicial' supone
llevar sobre el terreno, en presencia del juez, a las partes en litigio y, tras
medir las tierras y contrastar los títulos de propiedad con las leyes en vigor
en el momento de la compraventa, determinar quién es el propietario legítimo.
La administración de justicia es una de las instituciones más corruptas del
país.
Durante los
primeros años de su mandato, Lugo pasó de puntillas por este problema, haciendo
hincapié en otras prioridades, como la de instituir una atención primaria
gratuita, basada en una gestión comunitaria de la sanidad. Las clases poderosas
suelen sentirse incómodas criticando la extensión de derechos universales. Ocurre,
sin embargo, que para hacer efectivos algunos derechos es necesario remover los
privilegios
sobre los que se sustentan. Y hasta ahí podíamos llegar...
* Notas:
- Hace unos
días han presentado el documental fuera de concurso en Venecia. Así que,
'seminceros', estad al loro por si se deja ver por allá...
- Si queréis
profundizar más sobre este tema podéis descargaros el libro 'Extranjerización
del territorio paraguayo', de Marcos Glauser.
puff....
ResponderEliminarSí, Patricia, aquí hay muchas cosas que son 'pufff'... Un beso, linda.
ResponderEliminarMuy interesante Esther. Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarGracias por otro post Esther. Estos días de ruta busera he ido con Mariátegui, te gustaría leerlo desde la visión peruana.
ResponderEliminarBesos
Manu