martes, 4 de septiembre de 2012

El Impenetrable


Paraguay tiene una superficie de 406.752 Km2. Esto según los datos sobre el terreno, porque la información catastral dice que el país cuenta con 520.000 Km2 en títulos de propiedad. Es una diferencia abultada... (para hacerse una idea, como si a España le recortáramos, más o menos, la superficie que suman Castilla y León, Asturias y Cantabria juntas). Durante la dictadura de Stroessner (1954-1989) hubo un importante reparto de tierras entre las clases dirigentes (militares, políticos, altos funcionarios...) que, con el paso del tiempo, se han ido parcelando y revendiendo. Se trataría de procedimientos nulos, a sabiendas de que los perceptores de esas tierras no eran sujetos de la Reforma Agraria. El Estatuto Agrario excluye expresamente como tales a quienes posean más de 100 hectáreas de tierras rurales, a los funcionarios públicos y, según la 'ley de frontera', a los nacionales de Argentina, Brasil y Bolivia en la franja de 50 Km a partir de los límites territoriales del Paraguay. Si el estado tenía que facilitar el acceso de la población campesina a la propiedad de la tierra, la realidad es que el Instituto de Bienestar Rural (IBR) -organismo responsable de dicha tarea durante la dictadura- actuó más bien a modo de 'agencia inmobiliaria' discrecional, dando como resultado el quilombo actual: títulos de propiedad múltiples sobre un mismo territorio. Es lo que acá se conoce como 'tierras malhabidas'.

El Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT), heredero en democracia del antiguo IBR, presenta a Fernando Lugo en septiembre de 2008 -apenas un mes después de tomar posesión como presidente- un informe sobre las tierras malhabidas, donde se detallan los nombres y apellidos de los propietarios, la superficie que poseen, en qué departamento y hasta el número de finca y título de propiedad. De las más de 12 millones de hectáreas que el estado paraguayo ha venido adjudicando desde 1954, casi 8 millones lo han hecho saltándose la legislación sobre tierras agrarias. Paraguay no sólo no ha hecho efectiva reforma agraria ninguna, sino que el proceso de concentración de la tierra y la pobreza rural no han hecho más que aumentar a lo largo de medio siglo. En palabras del sociólogo Domingo Rivarola, Paraguay alcanza en los años 70 "el punto de inflexión en el ocaso de la sociedad rural".

Durante esa década se dirimía la ocupación y expansión de los espacios fronterizos entre Brasil y los países vecinos. Al incentivo de sus políticas nacionales de migración y colonización se sumó, en el caso de Paraguay, la casi ausencia de estado y la complicidad de la dictadura para favorecer el asentamiento de población brasileña de ascendencia europea. Son los llamados 'brasiguayos'. Considerándose auténticos pioneros, reproducen ese discurso típicamente colonialista según el cual ellos trajeron el progreso a zonas que antes sólo eran bosque. Esta expansión también se apoya en la imagen del brasilero 'trabajador' frente al 'haragán' paraguayo, fruto del choque entre dos culturas productivas distintas, la de la moral capitalista del trabajo y la de una agricultura campesina comunitaria -cuyo origen habría que buscar en las comunidades indígenas-, choque en el que está claro quien ha salido ganando. Dice John Berger en su delicioso libro 'Puerca Tierra' que, aunque por razones políticas lo llamemos 'modernización', la revolución verde ha planificado la desaparición del campesinado a lo largo y ancho del globo.

Tranquilo Favero es el principal productor de soja de Paraguay. Se estima que posee cerca de dos millones de hectáreas, lo que le convierte en el mayor propietario de tierras y, seguramente, en el hombre más poderoso del país. Es brasileño. A la muerte de su padre -un funcionario de la Embajada de Italia en tiempos de la dictadura-, Daniele Incalcaterra hereda 5.000 hectáreas en El Chaco. Este vasto territorio que se extiende al oeste del río Paraguay representa el 61% de la superficie del país y alberga sólo a un 3% de su población. Los diferentes gobiernos, desde Rodríguez de Francia, pasando por 'los López' y hasta la dictadura, han incentivado -sin demasiado éxito- el asentamiento de colonias. Es el territorio ancestral de diferentes comunidades indígenas, entre ellas, la Guaraní Ñandeva. Un villano, un héroe y una noble causa, los ingredientes para un relato épico en el último territorio de frontera del Paraguay. Esta es la trama de 'El Impenetrable', un documental dónde su protagonista y director narra la peripecia personal de un sueño ingenuo: devolverle la tierra a su pueblo originario.


Si desde hace tres décadas se viene dando la sojarización del territorio oriental, ahora la vista se tiene puesta en las riquezas que alberga 'el impenetrable', el nombre que dan sus pobladores al inhóspito y hostil Chaco. Este carácter, amén de unos suelos salinos que lo hacen impracticable para la agricultura, lo han mantenido alejado de la mirada ambiciosa del desarrollismo. Hasta que modernas técnicas han hecho posible la detección de bolsas de hidrocarburos, por una parte, y se haya empezado a valorar, por otra, su uso como complemento perfecto del agronegocio: la ganadería. El héroe de nuestra película tiene que enfrentarse al largo y costoso proceso que supone, pese a su legalidad, el reconocimiento de la propiedad de sus tierras. La 'mensura judicial' supone llevar sobre el terreno, en presencia del juez, a las partes en litigio y, tras medir las tierras y contrastar los títulos de propiedad con las leyes en vigor en el momento de la compraventa, determinar quién es el propietario legítimo. La administración de justicia es una de las instituciones más corruptas del país.

Durante los primeros años de su mandato, Lugo pasó de puntillas por este problema, haciendo hincapié en otras prioridades, como la de instituir una atención primaria gratuita, basada en una gestión comunitaria de la sanidad. Las clases poderosas suelen sentirse incómodas criticando la extensión de derechos universales. Ocurre, sin embargo, que para hacer efectivos algunos derechos es necesario remover los privilegios sobre los que se sustentan. Y hasta ahí podíamos llegar...

* Notas:
- Hace unos días han presentado el documental fuera de concurso en Venecia. Así que, 'seminceros', estad al loro por si se deja ver por allá...
- Si queréis profundizar más sobre este tema podéis descargaros el libro 'Extranjerización del territorio paraguayo', de Marcos Glauser.

4 comentarios:

  1. Sí, Patricia, aquí hay muchas cosas que son 'pufff'... Un beso, linda.

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  2. Muy interesante Esther. Gracias por compartirlo!

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  3. Gracias por otro post Esther. Estos días de ruta busera he ido con Mariátegui, te gustaría leerlo desde la visión peruana.
    Besos
    Manu

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