miércoles, 11 de julio de 2012

Bañado Tacumbú


Asunción está asentada sobre suaves colinas que la han protegido de las crecidas naturales del río Paraguay. La franja costera que se extiende desde el Jardín Botánico, al noroeste, hasta más allá de Tacumbú, al sur, es lo que aquí llaman los Bañados, zonas inundables en las que viven, o sobreviven, más de cien mil personas en condiciones  bastante precarias. Mientras conduce, Pedro nos cuenta la historia del barrio: uno de los asentamientos de aluvión formado por las sucesivas oleadas migratorias de quienes, desposeídos de la tierra, optaron por buscar suerte en la ciudad.

Son pasadas las seis de la tarde, es de noche, llueve y apenas vemos por las ventanillas del coche 'la parte noble' del barrio. El hule, las chapas y las cuerdas han ido dejando paso a otros materiales de construcción que, sin embargo, no mejoran el lustre de las humildes casas.

- Entrar en el barrio no tiene pérdida-, nos dice Pedro. Circulamos por la única vía asfaltada, construida por los propios vecinos. Si girásemos a izquierda o derecha, entraríamos en calles de barro que un día como hoy, en que no ha parado de llover, habrá dejado impracticables. Si la sigues hasta el final, desemboca en el río. Hace años Pedro trabajó en el barrio en la creación de la cooperativa de pescadores. Por eso cuando nos bajamos del auto, empieza a hablar con toda naturalidad en guaraní con un hombre que está arreglando sus redes junto a la orilla. Una mujer mayor sale de una casa y Pedro la invita, también en guaraní, a que se acerque al centro comunitario. Ella responde algo, en un tono sollozante, y regresamos por dónde hemos venido. La mujer está delicada del corazón y no quiere ir a ver a Lugo porque no lo soportaría: -Ya lloré mucho el día del golpe...-, le ha dicho.

A las siete de la tarde está previsto que comience en el centro comunitario el 'ñemongueta guasu', una especie de micrófono abierto en que líderes locales y personas anónimas ponen en común, con la presencia de políticos, sus inquietudes. El de hoy, sin embargo, es especial porque se ha preparado para que el barrio brinde su apoyo al depuesto presidente, el primero que puso la vista en sus problemas. Lugo habla en yopará, una mezcla de español y guaraní que apenas permite seguir el hilo del discurso. Intuyo que hace un repaso a lo que la acción de su gobierno ha significado para el barrio porque cada frase es respondida por la gente al grito de '¡Cierto!'. Un grupo de jóvenes reivindica la identidad de un barrio estigmatizado por los medios de comunicación. Una trabajadora comunitaria relata la labor de las dos Unidades de Salud Familiar, que atienden a casi 1.800 familias en el barrio. Y no sólo en salud, también es importante concienciar a la población sobre prevención -en una zona sometida a inundaciones cíclicas y auténtico vivero de dengue-, en capacitación, para que sean los propios habitantes del barrio quienes se integren en la red de salud con visitas domiciliarias, o en atención psicológica.

Cuando toma la palabra el paí Velasco, en un turno que no parece gustarle, la comunidad queda muda. Lugo, sentado, no para de tomar notas. Detrás, siempre atento, su consejero y amigo personal, Marcial Congo, se ha calado para la ocasión una gorra negra con la estrella revolucionaria. El padre Velasco no mira atrás. Aprovecha la presencia de cuatro de los candidatos del frente progresista para hacerles una exigencia inmediata de consenso y pedirles sacrificios personales para lograr una candidatura única.


- Sé que supone una gran renuncia para ustedes pero los pobres renunciamos cada día a todo para seguir viviendo-, avisa el paí Velasco, y pienso que quienes hemos ido a colegio de curas hacemos un viaje a nuestra niñez y nos sentimos bajo la reprimenda de una voz que no se quiebra para continuar: - Si no, no vengan a pedirnos a los pobres nuestro apoyo. 

Se pueden hacer muchas críticas a Lugo. La principal, no acometer -en un país con más del 40% de población rural y un 80% de la tierra cultivable concentrada en un 2% de la población- la reforma agraria. Pero algo ha cambiado en sus años de gobierno. Un pueblo acostumbrado a obedecer ha descubierto que la salud, la educación, la justicia..., no son dádivas concedidas graciosamente por un poder clientelar. Los pobres en Paraguay han aprendido que tienen derechos.



8 comentarios:

  1. Hola familia paraguaya. Ya tenía ganas de saludaros porque hasta ahora he sido una rancia. Como no tenía cuenta con gmail me he aperezado.
    Me encanta tu blog, Esther, porque todo lo que cuentas nos hace sentirnos un poco más de ese otro lado del océano y por cómo lo cuentas. Veo que, aunque recién aterrizados, ya sois parte activa de ese país, como no podía ser menos.
    Un fortísimo abrazo para ti y otro para Ale.

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  2. Fantástica lectura, Esther...es inquietante como a lo largo de la historia el ser humano se ha acostumbrado en todas partes a vivir con la cabeza gacha, dando gracias a los diferentes poderes fácticos por dejarle seguir vivo un día más....
    ¿por que la masa puede caer (caemos) en manos de iluminados?...políticos, religiosos...todos juegan con nuestras necesidades más básicas para hacernos vivir agachados de una manera o de otra...

    gracias por contar....besote

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  3. Lindo final en tu comunicado. ¿Aprenderemosque nuestros derechos son eso y no favores que nos otorgan unos políticos al servicio de potentes lobys? Que os siga bonito por esas tierras.

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  4. Hola¡ Gracias por contarnos lo que va sucediendo en Paraguay y como se organizan, me ha conmovido el relato. Ojala que puedan ir introduciendo mejoras en el país y en la vida del día a día.
    Cambiando de tema, las lluvias y todos los fenómenos metereológicos deben ser a lo bestia en esta zona, te debes de sentir desprotegida.Que os vaya todo muy bien¡ Muchos besos y hasta pronto.

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  5. Mejor que las narraciones de G.Duch, lo tuyo es la prosa y la poesia.
    Desde el CNFO defcon2. Salud
    Esto es lo de hoy:
    http://blog.rtve.es/carnecruda/2012/07/que-se-jodan/comments/page/2/#comments

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  6. Gracias Esther. No dejes de escribir ;)

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  7. Gracias por el post. Tienes auténtica magia escribiendo y, al leerte, he tenido la sensación de estar allí.

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  8. Gracias Raquel por desperezarte,
    gracias Patri por leer,
    gracias Selí por los buenos deseos,
    gracias Nuria por la ternura,
    gracias Martín por el despegue,
    gracias Manu por los ánimos,
    gracias Paco por los piropos.

    Un beso a tutti.

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