Ningún
interesado podrá adquirir del Estado en cada zona del Chaco,
más de un lote por sí ni por interpósita persona.
Ley de Ventas de Tierras Públicas, 1883, República del Paraguay
más de un lote por sí ni por interpósita persona.
Ley de Ventas de Tierras Públicas, 1883, República del Paraguay
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1_Vista de Puerto Casado desde el río Paraguay. |
El
quebracho colorado
es un árbol nativo de Latinoamérica, muy apreciado por su
madera de alta calidad, de una dureza a prueba de hachas (se cree que de ahí
deriva su nombre, ‘quiebra hachas’) e imputrescible. Durante mucho tiempo se utilizó
en ebanistería y construcción, como es el caso de los rieles de ferrocarril. Y,
por si fuera poco, tiene una alta concentración de taninos, una sustancia
empleada en la industria del curtido. La etnia Maskoy le otorga,
además, un significado ritual ya que al parecer, el fuerte sonido del crepitar
de sus ramas al arder ahuyenta el alma en pena de alguien a quien mataste –sea
humano o yaguareté-, evitando que te haga daño de vuelta.
2_Reloj elaborado con maderas nobles del Chaco. Koloniehaus, Museo de la Colonia Fernheim, Filadelfia, Departamento de Boquerón. |
Hasta
que vine a Paraguay el nombre de Casado del Alisal lo asociaba a una de las avenidas
principales de Palencia, sin saber quién era ese personaje ilustre. Ahora tengo
la duda de si el callejero palentino honra –como el de Madrid- a José, el autor
del cuadro ‘La
rendición de Bailén’, o a su hermano Carlos, quien no se dejó ensimismar
por las musas y tuvo una visión más que pragmática de la vida. Con solo
veinticuatro años emigró a la Argentina, avistando las oportunidades de una
tierra en la que estaba todo por hacer: ocho años después ya era dueño de un
banco con su propio nombre y que luego vendería al Banco de Londres, una prueba
de los especulativos negocios que se movían en la zona tras la Guerra de la Triple Alianza.
Empezó a invertir en el ferrocarril de Santa Fe, que llevaría el cereal a los
principales embarcaderos del río Paraná, convirtiéndose en el primer exportador
de trigo a Europa. Con el ‘granero del mundo’ bajo su control, su olfato
emprendedor le hizo poner los ojos en el Chaco Paraguayo, tierra rica en un
recurso de creciente demanda en la industria: los taninos.
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3_Mapa de Paraguay y territorio propiedad de Carlos Casado. |
En
1883, a través de 28 escrituras públicas y 17 intermediarios, nuestro prohombre
inicia la compra al Estado paraguayo de, nada más y nada menos que, 5.625.000
hectáreas de tierras fiscales. En 1885 tiene tituladas a su nombre el 99% de
las mismas, a las que bautiza como Nueva España y en las que pretende, bajo la
idea de que son tierras por conquistar, “traer el progreso al país y la
regeneración a las razas indígenas”. Si no se parte de la adquisición
fraudulenta de tierras y de las ‘bondades’ de la colonización –con un enfoque
profundamente positivista- es imposible entender la historia de este país. Así
es como, a finales del siglo XIX, surgen nuevos poblados a lo largo del río
Paraguay que se van llenando de gente campesina e indígena expulsada de sus
tierras por terratenientes que, aprovechando la coyuntura posbélica, se
adueñaron de buena parte del país.
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4_Locomotoras abandonadas en la antigua fábrica de taninos. |
En
Puerto
Casado se instaló uno de los mayores enclaves fabriles. Y digo enclave
porque hasta la década de los 70 del siglo XX no contó con estatus, ni
siquiera, de municipalidad: durante casi un siglo funcionó como un sistema de
acumulación capitalista –sin ningún atisbo de desarrollo social, ambiental o
económico autónomo-, un per(verso)fecto engranaje entre producción,
comercialización y consumo. Estaba prohibido el ejercicio de cualquier
profesión liberal y la posesión de animales de cría. Sus habitantes solo tenían
un destino: trabajar en la fábrica de taninos a cambio de bonos canjeables
(también hay casos documentados de pago en alcohol de caña), de manera que los
escasos alimentos y productos de primera necesidad se adquirían a precios
elevadísimos en el único almacén propiedad de la empresa. Una dependencia absoluta,
en todas las esferas de la vida de sus pobladores, a la voluntad y control del
patrón.
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5_Mapa del Departamento de Alto Paraguay con la delimitación distrital. |
La
primera medida de una presencia del Estado no llega hasta 1936, cuando se
declara a Puerto Casado
S.A. como puerto libre y sus habitantes pueden, solo a partir de ese
momento, entrar y salir libremente. Esta década está, igualmente, marcada por
las huelgas que sacudían las fábricas tanineras de todo Alto Paraguay. Desde
los 70, con el declive en la demanda de taninos en el mercado mundial –es
decir, sin que pueda interpretarse como una apertura del modelo extractivista-,
la compañía aprovecha para disminuir la actividad y vender parte de sus tierras
(entre ellas, la cesión para la creación del nuevo distrito de La Victoria como
compensación a los impuestos debidos al Estado paraguayo durante todos esos
años). Este es el momento en que la etnia Maskoy inicia su reclamo por el
derecho sobre 30.000 Has de tierras ancestrales y, ante el temor de que
cundiera el ejemplo, la estrategia de la compañía es ir desprendiéndose de sus
posesiones, apenas productivas –salvo algunos emprendimientos ganaderos- desde
el cierre de la planta en 1976.
Tierra y propiedad son
para los indígenas de América dos asuntos antitéticos: como tal, la propiedad
individual sobre la tierra no existe; la tierra es un concepto, digamos,
filosófico y plural, donde lo comunitario se une a lo sagrado.
Caminos de Agua, Román
Morales.
En
septiembre de 2000 Puerto Casado S.A. emite dos comunicados: uno, dirigido a
sus accionistas, en el que informa de la firma de la escritura de transferencia
de las últimas 500.000 hectáreas de tierras, que incluyen la ex-fábrica y los
galpones, las instalaciones portuarias y los bienes de uso, materiales y
repuestos, así como la totalidad de la cabaña vacuna y caballar; el otro, estaba
dirigido a la población y dice, textualmente, “les comunico que desde este
mismo momento están a cargo del nuevo propietario”. Bajo arrendatarios de
diferentes nombres se esconde la Iglesia para la Unificación del Cristianismo
Universal, más conocida como secta Moon,
que –surgida durante la Guerra Fría para contener al comunismo- es una máscara
fanático-política vinculada a turbios negocios (armas, blanqueo de capitales,
especulación financiera...) y representa hoy el
mayor exponente del fenómeno de acaparación de tierras en Paraguay. Más de un siglo después de abolida la esclavitud, y como en las antiguas plantaciones,
los pobladores de un territorio eran ‘vendidos’ a un nuevo patrón. Eran,
sencillamente, “pueblo convertido en
sombras, sombras humanas”.
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6_Elementos de la muestra 'Destiempo. Dinamograma de Puerto Casado'. |
La
comunidad Maskoy encuentra un aliado en la población casadeña, a la que se
concedió ‘un año de gracia’ para desalojar el territorio y dejar el camino
libre al nuevo ‘eldorado’ en versión religiosa. Se inicia entonces un ciclo (de
2005 a 2007) de ocupaciones de la fábrica, viviendas e inmuebles de la familia
Casado, y de movilizaciones, las llamadas ‘marchas por la dignidad y la soberanía
nacional’ que –apoyadas por los salesianos- culminan con la creación de la
cooperativa Quebracho Poty por parte de ex-trabajadores. Se aprueba una Ley de
Expropiación de Tierras que no llega a ejecutarse, al ser recurrida por inconstitucionalidad,
sentencia que se hizo efectiva y, por tanto, derogada la ley en 2007, con el
voto a favor de un juez vinculado a uno de los testaferros de la nueva
compañía. Se reconoce, eso sí, la donación de las 30.000 Has reclamadas por la
etnia Maskoy pero en dos fracciones separadas y en tierras anegadizas. En 2012 se
reconoce, por fin, la ocupación de hecho de Puerto Casado y de las 35.000 Has
que reclamaban sus pobladores, paso previo para la titulación de dichas tierras.
Solo para entender el enredo jurídico y burocrático que supone este proceso se necesitarían
varias vidas, y ver cumplidas sus aspiraciones entra dentro de la utopía.
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7_Cartel de la exposición 'Memoria, trama e imagen', resultado de la residencia investigadora de un grupo de artistas y su proyecto posterior. |
Nunca
he visitado Puerto Casado y tampoco sé cuál es el estado de la cuestión en este
momento. Pero Puerto Casado lleva muy presente en Asunción durante los últimos
meses a raíz de la investigación
de Valentina Bonifacio, una antropóloga italiana, y de las experiencias y muestras paralelas que
ha generado. A través de la historia de Puerto Casado es posible narrar los acontecimientos más relevantes de la historia del Paraguay: la Guerra de la
Triple Alianza, la apropiación del territorio, la Guerra del Chaco, los favores
de la dictadura en aras del 'progreso' y para ‘civilizar’ indígenas, el viejo y los nuevos colonialismos,
la transición a una democracia guaú,
las luchas por la tierra... La memoria es el ejercicio de recopilar instantes,
hechos, interrogantes, cuestiones inacabadas, e intentar armar un trabajo de patch-work con las memorias tangibles,
la nacional, la bélica, la historia oficial, y con las huellas borradas, las
memorias indígenas, las memorias campesinas, la memoria de la(s) violencia(s), la
historia de las sombras. O como decía Jung, como si lo hubiera aprendido de los pueblos indígenas de este lado del mundo, “el pasado se enuncia hacia
delante, no hay nada que construya más futuro que la memoria”.
Créditos de las
fotografías:
1- Valentina Bonifacio, tomada de http://espaciocritica.org/?p=1089
2- Propia
3- Tomada
de http://puertocasado.com/mapas/
6- Tomada
de http://museodelbarro.org/muestras/destiempo
7- Tomada de http://espaciocritica.org/?p=1119
* El título de esta entrada y buena parte de la información
para su redacción la he tomado de este número de la revista Acción http://www.cepag.org.py/upload/revistas/1695AccionAbril.pdf, dedicado a la lucha por la tierra y cuyo tema central fue Puerto Casado,
así como de otras páginas que enlazo y que cito, igualmente, en los créditos de las fotografías.